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La ‘resurrección’ de Monago: el ex presidente extremeño gana influencia en el entorno de Feijóo

Monago
Monago y Feijóo (EP)
Rodrigo Villar

José Antonio Monago (Badajoz, 1966), único presidente que el PP ha tenido en el histórico feudo socialista de la Junta de Extremadura entre 2011 y 2015, se ha convertido en un valor en alza tras la llegada de Alberto Núñez Feijóo al liderazgo de la formación. Condenado al ostracismo por la anterior dirección, el dirigente gallego no sólo le ha recuperado como presidente del Comité de Derechos y Garantías, sino que además le tiene como uno de sus interlocutores más cercanos. Feijóo y Monago son los dos presidentes del PP más veteranos y mantienen una relación de confianza que ha propiciado la ‘resurrección’ del extremeño.

La amistad que mantienen Monago y Feijóo viene de largo y se explica con dos nombres: Miguel Ángel Celdrán y Consuelo Rodríguez Píriz. «En la casa de Consuelo cenaban los dos (Feijóo y Monago) cuando Feijóo venía a visitar Extremadura. Feijóo siempre tuvo un gran aprecio hacia Consuelo y le tenía un gran respeto a Miguel Ángel Celdrán al que consideraba un maestro», relatan a OKDIARIO fuentes cercanas al PP de Extremadura.

Celdrán, que fue el mentor de Monago, y Consuelo Rodríguez Píriz son dos miembros históricos del Partido Popular extremeño a los que Feijóo guarda un gran respeto. Incluso esa consideración la expresó durante el discurso que pronunció en Mérida donde cerró su campaña como candidato a la presidencia del partido. «Recordar a dos personas que merece la pena traerlas a colación. Una es el alcalde Miguel Celdrán y otra es Consuelo Rodríguez Píriz. Buena gente, buenos maestros. Gente a la que no debemos olvidar nunca», dijo Feijóo durante su discurso de Mérida.

Ahora bien, ¿Por qué Pablo Casado no encumbró a Monago como ha hecho ahora Feijóo? ¿Por qué la anterior dirección del Partido Popular repudiaba a Monago? La respuesta se encuentra en 2018, durante las elecciones primarias a la presidencia del partido que se disputaron María Dolores de Cospedal, Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado. Extremadura, con Monago a la cabeza, apoyó en la primera vuelta a Cospedal. Al no resultar ganadora, los votos extremeños fueron después para Pablo Casado en la segunda vuelta. «Monago no quería que ganase Soraya. Dicen que ella fue la que filtró lo de sus viajes a Canarias», relatan las mismas fuentes.

Sin embargo, a la nueva dirección no le fue suficiente el apoyo de Monago en segunda vuelta. La secretaría general, ya en manos de Teodoro García Egea, elaboró varias listas: una de casadistas de «pedigrí», personas que siempre apoyaron a Casado; otra de casadistas de segunda, personas que primero apoyaron a otro candidato y luego a Casado; y, por último, una de sorayistas. «A los sorayistas como Iñigo de la Serna, Fátima Báñez o Alfonso Alonso se los quitaron de en medio», recuerdan estas fuentes.

Monago apoyaba a Casado, pero consideraba a Egea su enemigo. «Casado le prometía a Monago que todo lo que pasara en Extremadura era cosa suya, mientras que Egea le decía que se tenía que ir. Le buscaron la alternativa del Senado para que se jubilase y sin consensuarlo con él», señalan las fuentes.

El ex presidente de la Junta de Extremadura tuvo que soportar durante la época de Casado la humillación de no ser reconocido por la dirección de su partido a pesar de que era el presidente del PP en la región. Sin embargo, nunca quiso enfrentarse con Génova. «Él no quería enfrentarse explícitamente a la dirección porque seguía buscando una salida digna. Algo que no fuese el Senado. Tenía 55 años y él quería seguir en activo, no jubilarse».

Su oportunidad llegó cuando explotó la crisis interna del PP. Monago, al igual que otros presidentes territoriales, vio que podía haber un cambio importante en el partido. Los otros barones confiaban en él por sus muchos años de experiencia como presidente autonómico y al frente de la dirección del PP extremeño. Monago es el líder territorial más antiguo del PP junto a Feijóo. Ya no gobernaba la Junta «pero había gobernado y eso le daba criterio», aseguran a OKDIARIO.

Monago jugó un papel fue fundamental para favorecer la transición de Casado a Feijóo. Su protagonismo se materializa el día 1 de marzo, en la reunión que todos los presidentes territoriales tienen con Casado en Génova. Fue una reunión organizada, no improvisada. Todos los barones iban con la idea de que Casado se tenía que ir y que Feijóo era la persona para sucederle.»Allí Monago fue el que llevó la voz cantante. Fue el que le dijo a Casado que se tenía que ir. Feijóo mantuvo la prudencia porque tenía que resurgir como un redentor, pero Monago jugó el papel de duro. Le trasladó el mensaje que tenían todos los presidentes territoriales», revelan fuentes del PP a OKDIARIO.

Esa reunión supuso un punto de inflexión para Monago. Allí renació y pudo demostrar que seguía teniendo un peso muy importante dentro de la formación política. Feijóo lo sabía y volvió a confiar en él incluyéndolo como miembro de la dirección nacional, el sanedrín del Partido Popular.

Ahora la incógnita está en si Monago seguirá al frente del PP en Extremadura y de si compatibilizará ese cargo con su puesto en la dirección del partido. Fuentes consultadas han informado que el congreso de Extremadura se espera para el mes de junio. «Barajamos la posibilidad de que el congreso sea el mes de junio. Más en la segunda quincena que en la primera», han dicho.

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